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Arconada: "No creo que vaya a ser leyenda"

IGNACIO ALONSO - La Molina - 14/05/1982. Periódico El País

Arconada es hoy el ídolo de miles de niños, que le aguardan, bolígrafo en ristre, y papel arrugado, al otro lado de una puerta, agarrados al pantalón del padre quien, tímido y nervioso como su hijo, le echará valor. Hace falta coraje para abordar la sobriedad que rodea al portero de la selección española, pero el niño le pedirá un autógrafo. Recio, serio y prudente, Luis Arconada volverá pronto la penúltima página del libro del fútbol, para fichar por el equipo de quienes son ya historia y gloria. Mañana se fotografiará al lado de los Zamora, Di Stefano, Quincoces, Lángara, Zarra ... Hoy está en la cima, en el número uno.

ENVIADO ESPECIAL"Yo no creo que vaya a ser leyenda -dice Luis Arconada, erguido, poderoso-, pienso que hay fama y hay personas que tienen más repercusión. ¡Es que es muy difícil entrar en la leyenda, es muy dificil meterse en la historia del fútbol! Hombre, lógicamente, llevo jugando muchos partidos... Puedes llegar a batir, por ejemplo, el récord de Iribar. En la Real Sociedad, al haber obtenido dos títulos de liga, que nunca los había conseguido, lógicamente, entramos en su historia los jugadores que hemos participado ahí. A mí me ha gustado el poderlo obtener. Ahora, de cara al Mundial, que es el primero que se juega aquí y tardarán, pues, bastantes decenios antes de que se juegue otro. Lógicamente, eso hace que entres un poco dentro de la historia. Yo estoy contento porque también me ha llevado muchos sacrificios y muchos años y mucha entrega y mucho quitar a la familia, muchas diversiones y a muchas cosas de éstas. Y, lógicamente, pues tienes estas recompensas".

Los niños le piden autógrafos porque saben que es el mejor e intuyen que Arconada es quien manda allí, abajo, en el césped. "El líder es una persona que tiene que tener, ante todo, carisma. Pero está muy manoseada esa palabra de líder, dentro del campo y fuera del campo. Creo que no se distinguen bien los conceptos".

A Arconada nadie le discute hoy su etiqueta de número uno en la selección española de fútbol.

Pregunta: Y usted lo sabe.

Respuesta: En el campo, siempre he dicho lo mismo, tiene que haber once personalidades, once experiencias, once hombres que sepan hacer fútbol. Cuantos más jugadores de calidad haya en un equipo, tanto mejor. No hay que estar pendiente del líder o de la figura de un equipo porque es peligroso, porque cuando te falta, te falla o no está en un buen momento, te puedes hundir.

Luis Arconada asegura que no comenta nada de aspectos de la política española fuera de su grupo de amigos, fuera de su cuadrilla. "De religión y política nunca hablo. Y todo lo que leas que me han podido atribuir, ya puedes estar seguro de que es mentira".

P.: ¿En ninguna circunstancia?

R.: Nunca, y procuraré no hablar.

P.: ¿Divorcio?

R.: Son temas que no contesto nunca. Toda esa serie de preguntas sobre el divorcio, religión, la píldora... no las contesto porque tengo una vida pública y hasta cierto punto una vida privada de cara a la gente y estos temas forman el reducto que me queda, que lo tengo mío, particular. Si te abres y lo comentas hacia fuera, vas perdiendo cada vez más algo de tí. Son cosas de las que no me gusta nunca hablar. En cierta manera son mi patrimonio.

P.: ¿Qué periódicos lees?

R.: El Diario Vasco, Egin, Marca y El País.

De lejos, allá bajo los palos de la portería, vestido de corto, impresiona su fortaleza, sus anchas, espaldas y sus fieras piernas. A un metro, menos quizás, Arconada suena con voz oscura, mira con ojos marrones inquietos, sonríe con precaución y mueve despacio sus dos anchas manos. No puede ocultar su ascendencia vasca, le delata una barbilla prominente y un mentón osado. Se le puede imaginar con chapela. Perfecto.

P.: ¿Ha leído a Sabino Arana?

R.: No.

P.: ¿A Miguel de Unamuno?

R.: Sí.

P.: ¿Ser vasco es algo distinto?

R.: Yo no sé lo que siente un catalán, lo que siente un gallego, yo soy vasco.

Confiesa que no sabe tocar el txistu ni el tamboril -"pegarle, le pega cualquiera, pero con ritmo no sé hacerlo"-, no le gusta bailar -"una de las cosas que me echa en cara mi mujer"-, su ciudad favorita, San Sebastián, "es lo más bonito que he visto" y su taco -"me suele salir mucho"- es joé, pronunciado así, al sabor castizo madrileño.

P.: ¿Sabe que da imagen de serio?

R.: Sí.

P.: ¿Lo fomenta?

R.: No, tengo mi propia forma de ser. Quizás no soy tan abierto como otras personas. Soy un poco reservado, tengo un círculo pequeño de amigos y me cuesta abrirme y conocer a la gente. Yo me doy cuenta que poco a poco me intento abrir, pero muchas veces me hacen volver atrás. La fama tiene cosas buenas y malas. Están pendientes de ti, qué haces, qué comes, con quién vas. Todo ello te obliga a adoptar cierta prevención.

P.: ¿Le enerva la prensa?

R.: No, aunque hay veces que me duele la falta de comprensión que tiene hacia nosotros, porque todo lo circunscribe al terreno económico, habla de lo que ganamos o procura sacarnos unas fotos, una serie de entrevistas para destacar cosas sensacionalistas que nos hacen daño. Entonces nos piden comprensión para ellos, para darles facilidades en su trabajo, pero luego no nos corresponden a nosotros.

P.: ¿Ególatra?

R.: Depende del sentido que se quiera dar a la palabra.

P.: Yo, yo, yo, y yo...

R.: No, así no. El portero es uno, depende mucho de sí mismo porque nadie te puede ayudar en un momento y ello me obliga a cuidarme, a prepararme. Pero en el equipo yo no soy en absoluto ególatra.

Luis Arconada nació en el seno de una familia acomodada, nunca se ha pegado con nadie, está casado, tiene dos hijos y estudia el último curso de Ciencias Empresariales. Se declara amigo de la competencia -"sí, sí, tiene que haber competencia correcta y leal, es necesaria para todo"- y se define como hombre optimista y voluntarioso, "aunque uno de mis grandes problemas es que estoy buscando siempre cosas nuevas y quizás peque un poco de abandonar cosas antiguas o de olvidarme de las que ya he conseguido".

P.: ¿Cuál es el trabajo más ingrato de este mundo?

R.: Hay muchos. Por ejemplo, dentro del campo en que me muevo, el de entrenador.

P.: ¿Al margen del fútbol?

R.: Lo principal de las profesiones es que no afecten a la salud. La profesión de boxeador, por ejemplo, es muy dura y muy ingrata y además tiene repercusiones en la vida futura.

P.: ¿Tendría que existir un ministerio de Deportes?

R.: Sí, sí, eso es indudable. Con todo lo que mueve en este país el deporte, sobre todo, el fútbol, es lamentable la poca atención que se le presta. Sobre todo, no ya al fútbol o al baloncesto o a un deporte de elite, sino a los colegios. Yoveo a mis hermanos y resulta alarmante el grado de desatención que tiene la práctica del deporte y la falta de instalaciones.

Luis Arconada no está a salvo de goles estúpidos, balones que se cuelan a pesar de que los ha parado, iguales, en cientos de ocasiones. Un segundo después recogerá, impotente, el balón enredado en las mallas de la portería. "No me preocupa el público, vamos, sí tiene una repercusión ante la gente; pero lo que más me importa a mí son mis compañeros. El portero tiene una responsabilidad muy grande. No hay una persona detrás que te pueda cubrir el fallo. Entonces, cometer un error que pueda afectar al equipo... ¡con lo que cuesta hoy meter un gol! Es igual que cuando te dicen si tienes miedo antes de que te lancen un penalti. No, lo único es que ves a todos de frente, a los jugadores de tu equipo y a los contrarios y sobre todo te fijas en los tuyos, que están queriéndote ayudar, quiriendo indicarte donde tienes que tirarte para poder parar el penalti. Me duele mucho más de un compañero que la crítica de un periódico o del público. Me duele, de verdad, que un compañero piense que le he fallado.

P.: ¿Cuándo sufre más el futbolista?

R.: La víspera del partido por la tensión a que te somete la prensa y el público con el hay que ganar. Luego, ya, cuando sales al campo, te olvidas de todo, no te enteras de casi nada, no sabes si el campo está,lleno, si hay miles de banderas; estás tan centrado en el partido que lo que te rodea pasi casi inadvertido.

Arconada dice ser hombre de dos colores. En la calle viste azul y amarillo, "pero el amarillo es gafe para los porteros, en primera división jamás verás a un guardameta de amarillo. En la Real visto azul y negro y me gusta llevar medias blancas; en la selección, no puedo porque hay un uniforme oficial, pero a mí me gustaría".

P.: ¿Supersticioso?

R.: Supersticioso, no, tengo pequeñas manías. Por ejemplo, uso desde hace tres años las mismas cintas para sujetar las medias.

P.: ¿Hay algún delantero más listo que Arconada?

R.: Hay delanteros listos, sí. Pero no debes intentar ser más listo que él, sino captar lo que él quiere hacer.

P.: ¿Da tiempo a mirar a la cara al contrario?

R.: Normalmente, no. Te da tiempo a ver el conjunto de su cuerpo, su movimiento y tratas de anticiparte a su idea.

Luis Arconada se niega rotundamente a opinar sobre su exclusión en la selección de Muñoz

Camacho manifestó que el portero vasco fue apartado por motivos extradeportivos

ÓSCAR URRETAVIZCAYA - San Sebastián - 24/03/1988      El País

 
Luis Arconada, de 33 años, guardameta de la Real Sociedad, no quiso pronunciarse ayer en torno al tema de su exclusión de la selección nacional por motivos extradeportivos, como denunció Camacho en unas declaraciones realizadas hace dos meses a la revista Interviú. Arconada fue tajante: "No tengo nada que decir al respecto". El asunto adquirió mayor relieve a raíz de una carta que la Federación Española de Fútbol envió a Camacho para querectificase sus declaraciones.

La actualización de esta denuncia no le ha gustado nada a Arconada, aunque no lo haya dicho públicamente, ya que es consciente de que le está perjudicando negativamente. En el entrenamiento de ayer de la Real Sociedad, Arconada fue blanco de los periodistas, que le insistieron en que comentase las declaraciones de Camacho. El portero vasco no realizó ninguna concesión. Lo más que llegó a añadir a su negativa para hablar del asunto fue: "No merece la pena darle más vueltas al terna". Desde que Miguel Muñoz decidió prescindir de Arconada para la selección nacional, éste se ha negado en reiteradas ocasiones a opinar sobre ello.Arconada ha sido titular indiscutible en la selección de la mano de Kubala, a partir de 1977, también con Santamaría y, por último, hasta de mayo de 1985, con Muñoz. Su último partido fue contra Gales, en partido de la fase clasificatoria del Mundial de México 86, que España perdió 3-0. En sus ocho años como titular jugó 68 partidos. Perdió el puesto a consecuencia de una lesión de ligamentos en la rodilla y esta temporada ha demostrado volver a estar en condiciones de defender, de nuevo, la portería española. Sin embargo, Muñoz no le ha vuelto a convocar. Éste tampoco ha querido pronunciarse sobre las declaraciones de Camacho. El seleccionador aseguró que desconocía tanto las palabras del jugador como la existencia de la carta.

Sus medias blancas

En el Mundial de España 82, Arconada fue protagonista de una singular polémica. Se le acusó de no utilizar las medias de la selección -negras con las vueltas con los colores de la bandera española-, cuando él, en la Real Sociedad, llevaba tres años usando las blancas. En la selección no hizo más que seguir con su costumbre. Ahora sigue vistiendo las medias blancas. Y aún después de este asunto, continuó estando presente en la selección.Los problemas para Arconada pudieron empezar cuando, como capitán de la selección, se hizo portavoz de las reivindicaciones de sus compañeros en materia de primas y otras cuestiones.

Camacho, por su parte, sin entrar en especificaciones de los motivos extradeportivos para que Arconada fuese apartado de la selección, no tiene intención de rectificar. Sólo mostró extrañeza en que la carta fuera enviada a su club, en lugar de a su domicilio. Fernández Trigo, gerente del club, asegura que en la misma no se pedía una rectificación del jugador, sino que simplemente expresaba el disgusto que había causado en los dirigentes sus declaraciones.

La federación, por su parte, ha invitado a Camacho a denunciar quiénes son los que apartan a Arconada de la selección por esos motivos extradeportivos apuntados por el jugador madridista, que ahora tampoco entra en los planes de Miguel Muñoz. Sobre este punto, Camacho comentó que el seleccionador habrá preferido para jugar contra Francia a otros jugadores.

Camacho ha sido el capitán de la selección desde que Arconada no juega, y es el jugador español que más veces ha sido internacional, 78 veces.
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REPORTAJE EXTRAÍDO DE LA REVISTA DON BALÓN

06/03/2008.- La Real Sociedad vivió una época dorada en los años ‘80 del pasado siglo, cuando los donostiarras estrenaron su palmarés de títulos de la mano de un entrenador, Alberto Ormaechea, y un equipo que tenía un póker de ases formado por Arconada, Satrústegui, Zamora y López Ufarte. De ellos, la carrera más brillante la desarrolló el portero, Luis ‘el pulpo’ Arconada, que llegó a ser 68 veces internacional con la selección española.


Por Juan Carlos Casas


No hace muchos años una llamada de un club grande, léase Real Madrid o FC Barcelona, era motivo para hacer las maletas con rapidez y poner rumbo a la capital o a la Ciudad Condal. Esto ocurría antes con mucha frecuencia, y ahora menos por las modernas cláusulas de rescisión que frenan los deseos de los jugadores. Pero pese a lo generalizado de la regla hubo excepciones. Una muy comentada fue la del guardameta Luis Arconada, que fue rechazando una tras otra ofertas del Real Madrid, el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. No quería cambiar la Real por ningún otro equipo y se mantuvo en ‘sus 13’ hasta que colgó los guantes. Años después confesó que para nada se arrepentía de lo que decidió: “Yo jugaba en el equipo de mis amores, la Real”.

El donostiarra formó parte de la primera plantilla de la Real Sociedad entre los años 1973 y 1989, siendo su auténtico apogeo con los éxitos más sonados del equipo, es decir, cuando fueron dos veces campeones de Liga (80-81 y 81-82), una vez campeones de la Copa del Rey (1987) y se adjudicaron la Supercopa 81-82. Antes de todo esto aquel conjunto fue subcampeón de la Liga 79-80, lo cual fue un presagio de los buenos tiempos que llegarían para los blanquiazules por el bloque que estaban formando.

Pieza clave en tantas tardes de alegría para la Real fue Arconada, lo que no pasaba desapercibido para nadie, ni grandes ni pequeños. Por ejemplo, el realista ganó adeptos por toda España hasta ser el ídolo de miles de niños que en el patio de sus colegios querían ponerse de porteros para imitar las ‘palomitas’ de Arconada. Y no sólo chavales de Guipúzcoa, sino de cualquier punto de España. Arconada, pese a no ser alto (178 centímetros) ni extrovertido (entrevistas, las justas, ni una más), caía bien, creaba escuela. Durante unos años los niños querían ser porteros, pedían a los Reyes Magos camisetas con el ‘1’ a la espalda y no con el ‘9’ de delantero goleador.

Esa falta de estatura la suplía Arconada con un buen salto y una notable coordinación de movimientos en sus salidas. Y es que su abanico de virtudes era amplio: ágil, de buenos reflejos, con velocidad de reacción, de notable colocación... Por su sobriedad se hizo indiscutible en la portería de la Real y de España, donde Elizondo y Kubala fueron, respectivamente, los entrenadores que empezaron confiando en todas esas cualidades para darle la responsabilidad bajo los palos.

Elizondo le puso, ni más ni menos, en un partido de la Copa de la UEFA contra el Liverpool, siendo su debut amargo por el 1-3 que señaló el marcador de Atocha. De esa noche, la del 22 de octubre de 1975, surgió años después una anécdota, dado que John Toshack era uno de los delanteros ‘reds’ que disparaba sobre Arconada (no le hizo gol alguno) y en 1985 llegó a San Sebastián para entrenarle. Pero lo de Elizondo fue flor de un día porque el técnico que le hizo debutar en la Liga y en la Copa del Rey dándole continuidad fue Irulegui, que llegó al banquillo realista en enero de 1976.

Luis Miguel Arconada Echarri nació el día 26 de junio de 1954, en San Sebastián, y a los 16 años entró en la órbita de las categorías inferiores de la Real Sociedad tras hacer sus primeras paradas en Lengokoak Juvenil. Pasó por el filial donostiarra en Tercera División y ya formó parte de manera oficial del grupo de guardametas del primer equipo en el año 1973, junto a Artola y Urruticoechea. Aquella competencia fue dura, eran unos colegas de mucho nivel, pero le hizo bien entrenar con ellos aunque la titularidad fuera algo casi imposible. Por todo ello, tuvo que esperar muchos meses hasta que, ya sin Artola (fichado por el FC Barcelona), le arrebató el puesto a Urruti.

Jóvenes valores y futbolistas curtidos

En Primera División debutó Arconada jugando contra el Elche, la tarde del 14 de marzo de 1976 en Atocha, partido en el que no recibió gol alguno (4-0). Antes ya había aparecido en la portería donostiarra en un partido de Copa frente al Celta de Vigo. Afianzado entre los palos, sobre él la Real cimentó un bloque con jóvenes valores (Celayeta, Gajate, Uralde, Bakero...) y futbolistas curtidos (Cortabarría, Alonso, Satrústegui...) que de la mano de Alberto Ormaechea alcanzaron la gloria deportiva en forma de dos Ligas consecutivas. Antes de estos logros del conjunto, el portero saboreó un éxito personal, ya que fue el portero menos goleado de la Liga 79-80 (20 goles encajados en 34 partidos), galardón que repitió en las temporadas siguientes: 29/34 (80-81) y 33/34 (81-82).

414 partidos, 410 goles

Sus estadísticas mientras jugó le elevaron a los altares de la afición txuri-urdin, pero con la perspectiva del tiempo pasado no sorprende que siga siendo considerado un ídolo para el realismo. Arconada disputó 414 partidos de Liga y encajó 410 goles, es decir, menos de un gol por encuentro. En total, el portero se puso los guantes para defender la meta blanquiazul en 551 partidos, 31 de ellos en competición europea, y eso que su continuidad se vio alterada por una lesión importante en septiembre de 1985, una rotura de ligamento cruzado y del menisco externo que le mantuvo el resto del año en el dique seco.

Antes de ese tiempo de baja el donostiarra ya había perdido el sitio en la selección española. Pese a sus buenos partidos en las fases clasificatorias para el Mundial ‘82 y la Eurocopa ‘84, sus irregulares actuaciones en esas fases finales (el error en la final de París ‘84 ante un libre directo de Platini) había despertado una corriente crítica hacia su seguridad en lo profesional y su ideología en lo personal, ya que llegó a especularse sobre la razón por la que usaba medias blancas con España cuando el resto de los jugadores utilizaban unas distintas con los colores de la bandera nacional. “El portero lleva ropa diferente a los demás y yo en la Real juego con medias blancas”, explicó el portero una y otra vez.

Con España trabajó a las órdenes de tres seleccionadores, Ladislao Kubala, José Emilio Santamaría y Miguel Muñoz. El primero de ellos le dio la alternativa en Alicante, el día 23 de marzo de 1977 (1-1 contra Hungría), y él último terminó descartándole en beneficio de Zubizarreta. Su último partido con la selección, el número 68, fue contra Gales (30-04-85) y encajó tres goles.

Mendoza, Gaspart y Jesús Gil

El gran momento de la Real Sociedad elevó la presencia de jugadores suyos en la selección porque no sólo brillaba Arconada. De hecho, aún se recuerda en San Sebastián el dato de que al Mundial ‘82 acudieron seis realistas, pero no lograron reeditar los éxitos que habían conseguido en su club, “pero fue un Mundial mal planificado y nosotros, los de la Real, no fuímos los únicos culpables de aquel fracaso”, ha recalcado el guardameta.

El hombre que se resistió a salir de San Sebastián y dijo “no” en sus tiempos de esplendor a Ramón Mendoza, Joan Gaspart y Jesús Gil no está ahora vinculado a la Real Sociedad. Arconada trabajó en CAF y después pasó a Krafft, la empresa dedicada a la comercialización de productos químicos, donde es un alto ejecutivo.

 
   
 
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