A la mañana siguiente tocaba madrugar, para ver un amanecer en el Sahara.
Y a las seis de la mañana a montar en dromedario por el desierto. Merece la pena. Y menos mal que fuimos a esas horas, pues sino el calor....
El paseo dura más o menos una hora, es una gozada, la pena que no podías ir a tu bola, pues se va en grupo.
Aunque no lo parezca a simple vista, si cuando montas te colocas bien, se va bastante cómodo. Al principio te sujetas fuerte por si te caes, pero según avanzas te vas soltando, pues no hay peligro ninguno.
Y es que además hay que hacer fotos, que la vista lo merece.
Y aquí se nos presentó el Curro Jiménez tunecino. Si alguien quería cambiar de montura podía darse una vuelta a caballo abrazado al intrépido jinete. Yo la verdad que rehusé, aunque si hubiese sido una mora.....
Después de este agradable paseo a lomos de un dromedario, nos dirigimos hacia Matmata, las llamadas casa trogloditas. Pero antes.......un recuerdo del desierto. El tacto de la arena es especial, fina fina. Con la ayuda del chofer del autocar. Que majo era,....... y como conducía.........
Matmata es un lugar sorprendente situado en lo alto de unas colinas en el suroeste del país. Desde lo alto es como un paisaje lunar, y por ello fue escogido para rodar los exteriores de "La Guerra de la Galaxias". Hasta ese momento era un pueblo prácticamente desconocido y muy difícil de encontrar, ya que las casas se encontraban todas bajo tierra. Hoy en día sus gentes han abandonado los oficios tradicionales para dedicarse a la caza de turistas.
Matmata fue medio abandonado hace unos años cuando sus habitantes, que ahora viven a unos 15 km al norte de la antigua población, marcharon a poblaciones cercanas en busca de mejores oportunidades. En Matmata ya sólo quedan hoteles y algunas casas trogoloditas excavadas bajo la piedra.
Haciendo pan. Sinceramente estaba muy bueno
A las viviendas trogloditas se accede a su interior por un túnel que acaba en un patio circular donde están las estancias de la casa, situadas en uno o dos niveles.
Las habitaciones, excavadas lateralmente, son isotérmicas, cálidas en invierno y frescas en verano, vamos como en una bodega.
Algún hotel del nuevo Matmata utiliza el mismo sistema de construcción.
Como saben ponerse para la foto, y si cae un dinar..... pedirlo lo piden claro.
Aquí debajo se estaba como un marqués.
Ya de Matmata tomamos rumbo a El Jem.
Casa troglodita de Matmata
Después de llenar el buche tocaba rendir visita a El Jem, llamada Thysdrus por los antiguos romanos, construida en el s. I d.C.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo más destacado de esta ciudad de unos 15.000 habitantes es su Coliseum.
Considerado el tercero más importante del mundo romano en cuánto a su tamaño, tenía capacidad en su época de esplendor a cerca de 30.000 personas.
Dicen de él que es el mejor conservado del mundo. Esto se basa en que a diferencia de otros como el de Roma, no ha sufrido apenas ninguna reforma ni arreglo.
Se puede recorrer el Coliseum por todos lados, bajar a las galerías.
Subir hasta el tercer anfiteatro,.....
Desde arriba hay unas vistas muy bonitas
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