TÚNEZ

En Junio de 2008 visité este país del Norte de Africa. Me gustó más de lo que en principio pensaba. Aunque también es cierto que hay algunos peros que reseñar. Mi mujer y yo nos alojamos en un hotel de la cadena española Iberostar (de Iberia), Iberostar Belisaire, en la zona de Hammamet.

 Nosotros ya habíamos visitado más Iberostar, como p.e. en México, y hay una diferencia bastante grande. Lo de México fue impresionante. Una de las mayores pegas, y esto fue algo generalizado entre el resto de la gente que conocimos en este tiempo allí, fue que siendo un hotel de cadena española, no viniese prácticamente nada en español. Nosotros fuimos a media pensión, pero la gente que iba a Todo Incluido se sintió decepcionada, pues entre otras cosas había que pagar por disponer de caja fuerte, no se les rellenaba las bebidas del frigorífico a diario, si se iban de excursión tenían que pagar las bebidas en las comidas, en la playa había que pagar en los chiringuitos, etc..., más que TI parecía una PC. El detalle que más me llamó la atención es que cuando nosotros pedíamos una cerveza, como teníamos que pagarla nos la ponían en jarra grande y bien fresquita, pero si la cerveza la pedía alguien del Todo Incluido, se la ponían en jarra pequeña y de fresca nada. La comida tipo buffet estaba muy buena y el hotel en sí estaba muy bien. Allí mismo puedes cambiar el dinero, tiene actividades de masaje, talasoterapia, etc.. pagando claro. Las habitaciones, al menos la nuestra, son muy amplias y bonitas.

En el mismo hotel se pueden contratar las excursiones. Otra opción es ir por tu propia cuenta, hay muchos taxis en Hammamet y son muy baratos, como en todo hay que regatear. Y existen una especie de taxis o motocarros, para que vaya gente en grupo que salen muy baratos.

Bueno pues ahora iré poniendo alguna foto que hicimos allí e iré contando alguna cosilla. 


Esta foto es de la piscina del hotel. La playa está a unos 100 metros del hotel.

La piscina está muy chula, y la playa está al lado del hotel también. La playa no está nada mal, es limpia y estaba muy bien vigilada.

El primer día aparte de contratar las excursiones y estar un rato en la playa, nos dimos una vuelta por Hammamet. No es muy grande, se recorre en poco tiempo andando. Está todo lleno de hoteles, restaurantes, tiendas... Y visitamos la Medina de Hammamet.



En su interior se encuentran innumerables tiendas en donde practicar el arte del regateo. Hay que reconocer que son muy pesados y el truco consiste en no hacerles caso. Aunque a veces algunos son un poco maleducados. Por supuesto si no tienes intención de comprar algo no preguntes, pues no les sienta nada bien. De todas maneras  hay que entender que te encuentras en otro país y el regateo y todo eso es parte de su cultura y hay que tomárselo a bien.



Además parece que ellos mismos se han dado cuenta de que se compra mejor sin agobios y ya existen muchas tiendas de precio fijo, donde nadie te molesta y que encima terminan resultando más baratas, comprobado.



El dinar es la moneda común y se divide en 1,000 millimes. Hay monedas de 5, 10, 20, 50, 100, 500 millimes, aunque las que están por debajo de 100 apenas se utilizan. Los billetes pueden ser de color distinto incluso para el mismo valor, según el modelo de circulación. Hay billetes de 5, 10, 20 y 30 dinares.

La conversión es fácil para quien se acuerde de las pesetas. Se le añaden un par de ceros y basta. 1 dinar vienen a ser al cambio unos 60 centimos de euro (100 de las antiguas pesetas). Túnez es barato y se pueden comprar muchas cosas a muy buen precio. Pero que nadie pretenda comprar joyas ni alfombras de cachemir en los zocos. Como bien nos indicó el guía, una alfombra de cachemir no es barata en ningún lado, y lo que venden a los turistas no es cachemir, quien quiera comprar de verdad una alfombra de esa calidad debería ir a una tienda especializada.



Hammamet es muy conocida por la gran cantidad de jazmín, presente por toda la zona, a pesar de que no es una especie autóctona. Dicho arbusto fue fruto de la herencia de los tunecinos que volvieron de Al-Ándalus, traían semillas de jazmín escondidas entre la ropa, ya que no se permitía exportarlas. Desde hace años, Hammamet está decorada con dichas flores, perfumando las calles y locales de la ciudad. La influencia del jazmín sobre los ciudadanos de Túnez y especialmente Hammamet, es tan grande que actualmente la zona sur de la ciudad se llama Yasmine Hammamet, en honor al arbusto.